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jueves, 26 de enero de 2012

Hecho en China

Aunque las autoridades del gigante asiático tienen espacio para estimular la economía, una implementación de medidas agresivas significaría un retroceso en el proceso de rebalanceo que tanto necesita la economía mundial.


Los últimos datos de China evidencian una desaceleración gradual de su economía y sugieren un proceso de “aterrizaje suave”.
El contexto económico mundial generó una moderación en sus exportaciones netas, mientras que sus medidas de restricción monetaria adoptadas a lo largo del 2011 afectaron el crecimiento de la inversión local.
Sin embargo, creemos que la moderación en las exportaciones y en la inversión es positiva, pues hace parte del proceso de ajuste que China debe seguir para desmontar los fuertes desbalances que su política económica ha generado a nivel interno y global.
Aunque las autoridades tienen espacio para estimular la economía, una implementación de medidas agresivas significaría un retroceso en el proceso de rebalanceo que necesita la economía mundial en los próximos años.
La semana pasada se reveló que el PIB de China continuaba reduciendo su ritmo de crecimiento al ubicarse en 8,9 por ciento a/a en el 4T11.
Sin embargo, la cifra estuvo por encima de la expectativa del mercado (8,7 por ciento) y resultó ser positiva dado el contexto internacional.
Ante estos datos, los precios de los principales commodities industriales, como el cobre y el aluminio, alcanzaron su máximo nivel en tres meses. China representa el 38 por ciento y el 39 por ciento de la demanda mundial de estos dos metales, respectivamente.
En nuestra opinión, una desaceleración gradual de la economía china debería ser bienvenida por los mercados mundiales, ya que implica una corrección paulatina de los desbalances que ha generado su política económica reciente.
China ha sostenido un elevado ritmo de crecimiento, soportado en un modelo económico ‘Hecho en China’ enfocado en estimular artificialmente las exportaciones y la inversión, en detrimento del consumo interno privado.
Las autoridades han mantenido una tasa de cambio subvalorada que ha disminuido el valor real de los ingresos y de los salarios de los consumidores, mientras subsidia los ingresos y la producción de los exportadores.
Por otro lado, la política de mantener bajas tasas de interés subsidia la inversión de los productores, mientras penaliza los rendimientos del ahorro de los hogares, reduciendo su capacidad de consumo. Cabe recordar que gran parte de la población tiene sus activos en depósitos de ahorro y no en otras alternativas financieras, razón por la cual unas bajas tasas de rendimiento tienen un efecto negativo sobre la riqueza de los hogares.
En consecuencia, la tasa de consumo se ha reducido, en especial en la última década, bajo un contexto de subsidios artificiales a otros sectores de la economía.
El rebalanceo que China debe hacer consiste en aumentar la tasa de consumo (disminuir la tasa de ahorro), para lo cual el gasto de los hogares deberá crecer a una tasa mayor que la del PIB, efecto observado en el 2011.
El aumento en la inflación desde el 2009 hasta el 2011 obligó al Banco Central a aumentar las bajas tasas de interés y a restringir la liquidez, desestimulando el elevado crecimiento de la inversión. Por ejemplo, el crecimiento en la inversión fija en diciembre se redujo a 18,3 por ciento a/a, comparado con 21,2 por ciento en noviembre y 24,9 por ciento en octubre.
Por otro lado, la fuerte desaceleración en la demanda de los países desarrollados y el permitir una lenta apreciación del yuan, generaron un menor ritmo de las exportaciones.
Las netas contribuyeron -1,9 puntos porcentuales (p. p.) al crecimiento del PIB en el 4T11, mientras que su contribución en el 3T11 fue de -0,1 p. p. y en el 2T11 era positiva en +0,2 p. p.
En contraste, el crecimiento del consumo de los hogares sorprendió al alza y se ubicó en 12,8 por ciento a/a en el 4T11, comparado con 9,3 por ciento en el 3T11 y 6,4 por ciento en el 2T11.
Además, los datos más recientes de ventas al por menor muestran un repunte en diciembre al crecer 13,8 por ciento, frente a 12,8 por ciento en noviembre y a 11,3 por ciento en octubre.
De esta forma, el crecimiento del PIB de China muestra una dinámica más balanceada. A partir de este momento, el mercado debería estar atento a las desiciones de política para contrarrestar la desaceleración.
En este aspecto, el Banco Central ha tenido espacio para flexibilizar la política monetaria, aunque con algún rezago debido al aumento de la inflación hasta el 2T11. Luego de alcanzar un máximo de 6,5 por ciento en julio, la inflación comenzó a ceder hasta llegar a 4,1 por ciento a finales del 2011.
De esta forma, el Banco Central ha recortado la tasa de encajes bancarios, ha flexibilizado los montos permitidos para otorgar crédito, anunció la suspensión en la venta de bonos y la realización de operaciones repo para cubrir faltantes de liquidez en el mercado.
El Banco Central podría nuevamente devaluar el tipo de cambio o reducir la tasa de interés. Sin embargo, el uso de estos instrumentos podría ser visto negativamente por los mercados mundiales ya que representarían un paso hacia atrás en el incipiente rebalanceo económico que China y la economía mundial necesitan en el mediano plazo.
Como mencionamos previamente, la desaceleración china se da en un contexto de rebalanceo económico interno, en donde la tasa de consumo ha comenzado a revertir lentamente el deterioro de los últimos años, mientras que las exportaciones y la inversión se están desacelerando.
Por lo anterior, el reto de las autoridades económicas chinas es otorgar un mayor estímulo (o reducir las restricciones existentes) para evitar una fuerte desaceleración que afectaría aún más el contexto global, sin ser excesivo, al punto de generar un elevado crecimiento de corto plazo acompañado por mayores desbalances económicos, aumentando el riesgo de un “aterrizaje forzoso”.
Una expansión económica (crecimiento del PIB) menos potente, acompañada de un crecimiento robusto en el consumo interno, sería ideal para una economía mundial que requiere de una buena dinámica de demanda para mantenerse a flote.
Consultorio 
Luis Ómar Herrera Prada y  Andrés Pardo Amézquita  
Analista y Gerente Investigaciones Económicas de Corficolombiana