Debido al acuerdo comercial con EE. UU., se llevan acciones conjuntas para aprovecharlo.
En diciembre pasado, el Banco de Comercio Exterior de Colombia (Bancóldex), que en la práctica está actuando como una entidad financiera de desarrollo empresarial, le desembolsó 383.000 millones de pesos en créditos a empresarios y que equivalen a 61 por ciento del total de los recursos que entregó en ese mes.
Poca o ninguna trascendencia tendría esa operación, que podría tomarse como una más de esta casa bancaria pública de segundo piso, si no fuera porque esos dineros serán utilizados por los empresarios “para prepararse frente a los TLC y los nuevos retos comerciales del país”, según afirmó su presidente, Santiago Rojas.
Al finalizar el año pasado, el ministro de Transporte, Germán Cardona, reveló que en el 2012 se invertirían alrededor de seis billones de pesos en infraestructura vial, clave para el aprovechamiento de los TLC negociados o en proceso de negociación, principalmente el de Estados Unidos, ratificado hace 100 días por su Congreso. Y aunque se hable de los tratados de libre comercio de forma genérica, no cabe duda de que parte de las inversiones y acciones del sector privado y del Gobierno tienen alguna motivación en el acuerdo firmado con Estados Unidos y que se encuentra en su fase de implementación.
Un documento de la Andi señala que tanto el Gobierno como el sector privado están trabajando con la perspectiva de inserción de Colombia en la economía mundial en condiciones de competitividad. Según el ex director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), Hernando José Gómez, quien desde hoy será el zar de los TLC, aunque Colombia negociara acuerdos comerciales con todo el mundo, la mitad de los beneficios que estos reportaran provendrían de Estados Unidos, lo que le da sustento a la afirmación anterior. Colombia, no cabe duda, se ha venido preparando para esta nueva era de TLC. Muestras de esto son la misma designación de Gómez y la respuesta del Bancóldex días antes de la ratificación del acuerdo con Estados Unidos al abrir, en septiembre pasado, una línea de modernización empresarial que al finalizar el año había aprobado créditos por 630.000 millones de pesos.
De este dinero hacen parte los 383.000 millones de diciembre, y que al viernes pasado ya acumulaba más de 750.000 millones de pesos dirigidos a 3.500 empresas.
Entre enero y octubre del 2011, destacó el ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, las importaciones de bienes de capital para la agricultura crecieron 83,5 por ciento y para la industria, 32,7 por ciento. Además, en septiembre el 61,5 por ciento de empresarios encuestados dijeron que están adelantando o tienen previsto desarrollar proyectos de inversión productiva este año, orientados especialmente a modernización tecnológica (52 por ciento), ensanche de planta (42 por ciento), reposición de equipo (36 por ciento) e innovación (31 por ciento).
Hay algunos casos específicos, como el de la firma textil colombiana Ritchi, que ha invertido más de 1.500 millones de pesos en maquinaria teniendo en cuenta sólo el TLC con Estados Unidos.
Para la Sociedad de Agricultores de Colombia, las inversiones que se vienen realizando en la producción de biodiésel, etanol frutas y hortalizas, entre otros productos, obedecen más a la demanda mundial de estos bienes que a la ratificación del TLC en Estados Unidos, para el cual, de todas maneras, se están preparando para asumirlo.
TAMBIÉN SE TRABAJA EN LA ADECUACIÓN DE NORMAS
La normatividad resultó ser más de la inicialmente presupuestada. Como la normatividad colombiana debe adecuarse al TLC para que este entre en vigencia, ya se han expedido diferentes leyes y existen proyectos radicados en el Congreso colombiano tendientes a cumplir este compromiso.
En noviembre pasado, Colombia y Estados Unidos iniciaron el inventario de normas para dicha adecuación, que, en principio, y en materia de leyes, se pensó que eran unas pocas iniciativas.
Sin embargo, en las últimas semanas se ha hablado de un número muy elevado, lo que ha generado inquietud en algunos sectores, como el autopartista, cuyo presidente, Camilo Llinás, expresó su preocupación porque esto puede alargar la fase de implementación del TLC.
Es necesario hacer claridad sobre ese punto, dijo el directivo, lo mismo que sobre aquellas leyes que pueden expedirse después de que el acuerdo entre en vigencia.
Vale la pena destacar que el Plan de Acción Santos-Obama para que el Congreso estadounidense le diera trámite al TLC y que versa sobre derechos laborales y sindicales, la protección a dirigentes obreros y la lucha contra la impunidad por amenazas y muertes a sindicalistas lo ha venido cumpliendo por el Gobierno.
