Los productores nacionales tienen oportunidades con el café ‘gourmet’, las piedras preciosas y artículos de cuero.
Las ventas de artículos de lujo llegaron a 10.700 millones de dólares en 2010, aprovechando que en China no sólo las personas de alto poder adquisitivo son los mayores compradores, sino la clase media.
De cada cuatro clientes, tres tienen menos de 45 años y dos no superan los 34, según la Asociación Mundial del Lujo.
Muchos ahorran durante meses y estudian con juicio los artículos que van a adquirir. Y contra todos los pronósticos, tres de cada cuatro compradores son hombres.
Durante Expo Shanghái, la tienda del pabellón de Colombia comprobó que gustaban y que el chino estaba dispuesto a pagar por cosas diferentes, exóticas y de alto valor. Pero después de esta vitrina los intentos para posicionar artículos de lujo colombianos han sido lentos. Pocos productos latinoamericanos han llegado a China. Argentina y Chile le han apuntado a los vinos y Uruguay a los cortes de carne de alto valor.
Perú lo tiene pensado con el pisco y México con el tequila de alta gama.
CAFÉ ‘GOURMET’
Quizá el que más avanzado está en este proceso es David Piza, quien está intentando posicionar cafés colombianos de alta gama en el mercado chino, basado en el éxito en Corea del Sur y Japón.
Piza, representante comercial en China de los productores Colombian Mountain Coffee, Café Granja La Especial y Finca El Santuario, identificó mediante pruebas y degustaciones que una de sus mejores cartas es el Geisha. La variedad, originaria de Etiopía, se suele considerar como un café de subasta y gusta por su baja acidez. También promueve Maragogipe, Moka, Bourbones Rojo y Bourbones Amarillo.
El mejor target para los alimentos gourmet suelen ser los restaurantes y hoteles de lujo, pero en China están dominados por las marcas italianas Illy y Lavazza, que desde hace años han invertido grandes sumas en promocionarse.
Piza descubrió otros nichos importantes donde ha logrado impulsar sus cafés: los clubes ejecutivos privados, las secciones VIP de los bancos y las grandes empresas que buscan regalos exclusivos.
MERCADO PARA EL CUERO
Después de haber vendido 600 artículos –desde billeteras y cinturones hasta carteras– durante Expo Shanghai, Mario Hernández está considerando entrar con sus tiendas al mercado chino en un plazo de tres a cinco años. “Vemos una gran oportunidad en China, pero tenemos que hacer un trabajo extenso en buscar inversión, desarrollar una estrategia para entrar y montar las tiendas”, señala el propietario de la empresa, que ya fabrica en el país asiático sus equipajes y sedas.
“Podemos apuntar con diseños que permitan a los chinos diferenciarse de otros compradores”, dice Alejandro Ossa, director de Proexport en China.
EL COLOR MUEVE LA VENTA DE ESMERALDAS
Vender en China esmeraldas como las de Afganistán genera menos entusiasmo que las colombianas.
La esmeralda tiene una gran ventaja en el país asiático: el verde es símbolo de suerte.
Como amuletos, los chinos usaban el jade por su color y valor. “Cuando comenzaron a ganar dinero, pasaron a comprar diamantes y rubíes. Ahora están descubriendo las esmeraldas”, explica Paloma Sánchez Prat, una joyera española que trabaja con piedras colombianas de Muzo y Chivor.
“Hay un mercado para todas las gemas, pero la esmeralda por su color tiene mucho terreno ganado”, cuenta la joyera, cuya tienda se encuentra en el exclusivo barrio de Sanlitun en Pekín.
De hecho, su última colección de joyas con esmeraldas se agotó a los pocos días de ser lanzada.
“Para los chinos, Colombia ha dejado de ser un indicador de origen y se ha convertido en un grado de calidad”, afirma Sánchez Prat.
Como los consumidores chinos hasta ahora están aprendiendo de piedras preciosas, buscan una garantía y la marca Colombia se las brinda.
Si bien las esmeraldas pueden ser vendidas en piedras sueltas, el mercado detrás de los accesorios presenta aun más oportunidades.
Andrés Bermúdez L.
Especial para Portafolio