La publicación sobre los resultados de la actividad exportadora durante enero del 2012 trajo dos sorpresas. La primera fue la cifra, pues quedó claro que, con un crecimiento del 24 por ciento, las ventas colombianas al exterior mantienen una llamativa dinámica.
Según el Dane, el valor de lo despachado en el primer mes del año ascendió a 4.691 millones de dólares. Una vez más, el rubro de mayor dinámica fue el petróleo y sus derivados que tuvieron un incremento del 54 por ciento, gracias a la adecuada combinación de mayores precios y cantidades. En contraste, el café experimentó una contracción del 31 por ciento, debido a una situación inversa.
Por otro lado, la antigua división de las exportaciones entre tradicionales y no tradicionales llegó a su fin. Desde hacia un buen tiempo, diferentes observadores habían anotado que tal caracterización no solo era obsoleta, sino que correspondía a criterios caprichosos.
Para solo citar un ejemplo, el oro, que es un producto que Colombia vende desde épocas de la Colonia, estaba en la segunda categoría, mientras que el ferroníquel -que es mucho más reciente- se encontraba en la primera.
De tal manera, y atendiendo a un punto de vista más técnico, el Dane decidió separar los registros en cuatro grandes grupos: agropecuarios, alimentos y bebidas; combustibles y productos de las industrias extractivas; manufacturas; y, otros. El panorama que esa nueva distribución da, confirma que el país se ha vuelto un exportador creciente de materias primas, con evidente énfasis en la minería. De hecho, este ramo fue el único que tuvo una dinámica realmente positiva en enero, lo cual muestra que en vez de diversificarse, las ventas nacionales se siguen concentrando en pocos bienes.
ricavi@portafolio.co
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