Dentro de tres semanas llegará un equipo de diez personas para iniciar el trabajo bilateral.
El 28 de este mes, una delegación japonesa de diez personas del Gobierno, del sector privado y de la academia, se reunirá en Bogotá con un grupo similar de Colombia convocado por el Ministerio de Comercio para comenzar el trabajo bilateral para el acuerdo de asociación económica, como denominan los nipones sus pactos de libre comercio.
Japón y Colombia ya tienen vigente un Acuerdo de Protección y Promoción de Inversiones (Appri), firmado por el ministro de Relaciones Exteriores nipón, Koichiro Gemba, y el de Comercio de Colombia, Díaz-Granados.
¿El proceso del TLC con Japón ya es ‘en firme’?
Sí. Lo iniciaremos el 28 de noviembre, día en que se instalará en Bogotá un grupo de trabajo que hará los estudios de lo que se llamará un ‘acuerdo de asociación económica’ con ese país.
¿Cuáles serán las fases de ese proceso?
Ese grupo de trabajo hará un estudio de sensibilidad del tratado y está conformado por empresarios, el Gobierno y académicos; igual configuración tendrá el grupo de japoneses. Las rondas se harán en Bogotá, Tokio y, de nuevo, en Bogotá, y no demorarían más de seis meses. Al final, entregarán una ‘hoja de ruta’ para la negociación, que sería un año pero no más de dos.
¿Qué ofrece Japón?
Tecnología, innovación, capacidad de inversión y un mercado de más de 160 millones de personas. Los tres países de América Latina que ya han hecho tratados con Japón -México, Chile y Perú- han experimentado crecimientos importantes en el comercio. El nuestro es deficitario y podemos impulsarlo aún más con esta negociación.
¿Y cuáles son las oportunidades?
En el caso de las flores hay algunas especies que tienen aranceles que hacen más difícil exportarlas y para que crezcan las exportaciones de ese sector; se suman todos los alimentos (en fresco y de la agroindustria), porque ese país los importa cada vez más, desde carnes hasta lácteos. Hoy, el café liofilizado tiene aranceles y nos quita mercado, por lo que un tratado de este tipo nos permitirá el acceso. Muchos de los productos de Japón, como las tecnologías, hoy nos llegan sin tener TLC, pero no les estamos vendiendo.
En el campo de inversiones, ¿qué se espera?
Se esperan inversiones, especialmente, en infraestructura y manufacturas. Vale la pena destacar que, en los últimos siete años, pasamos de 20 a más de 55 empresas japonesas instaladas en Colombia. Eso demuestra el regreso de confianza de Japón en Colombia.
¿Cómo ‘pinta’ este tratado?
De lo que he percibido de los sectores industrial y agropecuario es que el el primero no lo ve con ‘peligro’ y el segundo, con buenos ojos. En recientes declaraciones, el presidente de la SAC (Rafael Mejía) decía que la agenda del Asia-Pacífico es la que más les interesa por el volumen de consumidores y por las oportunidades que tiene el sector agropecuario.
Las grandes apuestas iniciales de los latinoamericanos exportadores a ese mercado se basan en productos de origen agropecuario. Es difícil anticipar el resultado de la negociación, pero con esa percepción descrita se ve un gran optimismo e interés.
¿Los empresarios podrán ‘acomodarse’ a los tratados comerciales?
Para el 2014 habrá una red de tratados comerciales, que le darán mayor atractivo a la inversión extranjera: Estados Unidos, Canadá, Unión Europea y Japón, Turquía, Corea y Japón, entre otros. Son mercados con más de 1.000 millones de personas.
Mauricio Galindo
Juan Carlos Domínguez
Redacción de Economía y Negocios
Redacción de Economía y Negocios
