El acuerdo abre la ruta para un mercado que se ve ganancioso para las pequeñas y medianas empresas.
Para muchos empresarios de las pymes, especialmente para quienes ya exportan, el Tratado de Libre Comercio que aprobó el Congreso de Estados Unidos representa oportunidades de negocios.
A esas empresas se les abren de par en par las puertas a más de 300 millones de consumidores. Varias firmas de diversos sectores, que aún no habían llegado a ese mercado, pero ya lo tenían en la mira, se estaban o se están preparando para asumirlo, y se podría decir que son ganadores.
"Los micro, pequeños y medianos empresarios, en especial estos dos últimos, y mucho más los medianos, que están preparados y que ya tienen alguna disciplina y experiencia exportadora, son ganadores de entrada, porque van a participar, en mejores condiciones, en un juego del que ya saben", señala el presidente de Acopi, Mauricio Ramírez.
Un ejemplo lo constituye la empresa Ritchi, dedicada a la producción de prendas femeninas, que, si bien ya exporta a Miami y a Los Ángeles, tenía entre sus objetivos la expansión en ese mercado, y con el TLC se le presenta una oportunidad dorada que aprovechará, por las ventajas arancelarias que trae.
Ahora, hace inversiones de 1.500 millones de pesos en compra de maquinaria y en la capacitación de su gente para entrar en el juego. Sin embargo, también está la 'esquina' de las empresas que aún no exportan, y, entre ellas, las que tienen potencial y las que no.
Según Ramírez, en el primer grupo están las pymes que tienen productos diferenciados y altamente competitivos y que, para él, serán ganadoras, porque, además, ingresarán a un mercado que sabe apreciar y paga la diferenciación. "El problema podría estar en los que no lo son y tendrían que aprovechar ese espacio para competir, para hacerse ganadores", dice.
Precisamente, la Corporación para la Investigación Socioeconómica y Tecnológica de Colombia (Cinset) trabaja en un modelo para ayudar a las pequeñas y medianas empresas a ponerse a punto y disfrutar de las bondades y la gran oportunidad que se presentará. "La gestión de innovación empresarial se vuelve más que nunca exigente. Es decir, que estemos en actitud de reformular y replantear cómo hacemos las cosas. El TLC hay que verlo como una oportunidad, y todo empresario estará llamado a aprovechar las bondades. El TLC no es solo para las grandes empresas, es también para las pequeñas", explica el director ejecutivo del Cinset, Juan Carlos Gutiérrez.
El modelo permite evaluar y reconocer cómo están las pymes en cuatro puntos básicos: innovación en el producto o servicio, innovación en los procesos, innovación en el mercado e innovación organizacional. Y dentro de cada uno de ellos, se analizan varios factores: gestión del conocimiento, liderazgo de la cultura de innovación, gestión tecnológica y gestión administrativa u organizacional.
Todo esto permite obtener un diagnóstico y luego de eso se formula qué debe hacer la empresa para mejorar sus fortalezas y enfrentar sus debilidades. "Ya el modelo está probado en 20 empresas y está listo para ser usado por las compañías que lo necesiten. El modelo permite identificar la realidad de una empresa, dependiendo del tipo de firma y del sector. La innovación no es solo el cambio de máquinas; es también, por ejemplo, implementar nuevos procesos y métodos para mejorar el trabajo administrativo, para atender de manera más ágil y mejor al cliente", anota Gutiérrez.
Cómo 'blindarse'
De cualquier forma, y aunque el TLC es calificado como una oportunidad, es indiscutible que también representa una amenaza para las pymes. "Las mipymes están amenazadas, y no entenderlo y decirnos algo distinto sería engañarnos. Las empresas que van a llegar a nuestro mercado son pequeñas y medianas, incluso microempresas, pero mucho más grandes y más productivas. Nos toca igualarnos en capacidad competitiva, generar productos que tengan mayores oportunidades y entrar, de manera seria, a afrontar esas condiciones de mercado, y en eso estamos trabajando", dice Ramírez. Gutiérrez, además de aprovechar la herramienta que Cinset ofrece, cree antes que nada que la cuestión es de actitud mental.
"Es reconocer que se debe actualizar el escenario en el que se está y que la gestión debe ser compatible con un estándar internacional", señala Gutiérrez.
Hace unos días, el empresario Mario Hernández subrayaba que las empresas que quieran aprovechar la oportunidad "se deben poner las pilas y estar dispuestas a cambiar. Hay que ser recursivos porque no es cuestión de pedirle al Gobierno, sino de que cada empresario haga lo que debe hacer".
Por otra parte, y ante el aprovechamiento de la oportunidad que se les abre a las pequeñas y medianas empresas, con las compras públicas en Estados Unidos, el presidente de Acopi señala: "En este momento tenemos cerca de 10.600 compañías exportando a mercados muy exigentes, como Europa y Estados Unidos. Esas están preparadas. Las que no lo están, y tienen que hacerlo de manera acelerada, son las pequeñas y las micro".
La preparación
Para Acopi, si bien se veía venir el TLC, no existen casos de firmas que se hayan preparado específicamente y a propósito para entrar a ese mercado.
"Las que están preparadas y compitiendo lo están porque desde un comienzo lo vieron como un mercado objetivo. Con la caída del mercado venezolano, los exportadores se vieron afectados y comenzaron a buscar otros destinos, lo que demuestra que nuestros productos pueden ir a otros mercados. Esto también nos ha preparado, pero aún necesitamos hacer mucho más y trabajar con mayor determinación. Nuestra gran preocupación es innovación para acceso a mercados, porque es la forma como hacemos competitivos a nuestros productores, micro y pymes", dice Ramírez.
Y cree que el tiempo que aún falta para la implementación del TLC debe servir para que las pymes se preparen, especialmente en potencializar, crecer y penetrar la demanda local y nacional.
Esto porque si las empresas que van a exportar ahora no logran consolidar mayores volúmenes y no mejoran los índices de consumo interno de los productos, la importación va a venir y se va a apropiar de esos espacios.
Ivonne Venegas / Redacción de Economía y Negocios
