El viaje al Reino Unido que Juan Manuel Santos inició el sábado pasado al llegar a Londres procedente de Turquía es la ocasión para renovar los lazos con una nación con la cual nos unen casi dos siglos de relaciones.
A lo largo de ese lapso, Gran Bretaña ha sido para Colombia fuente importante de préstamos y, más recientemente, de inversiones y comercio.
También es evidente que la capital de Inglaterra ha sido un referente ideológico y cultural para centenares de colombianos que han observado con particular interés el funcionamiento de la democracia parlamentaria más antigua del planeta.
Tan es así, que de tiempo en tiempo llegan propuestas para reemplazar el sistema presidencial vigente, por uno similar al británico.
Ese tema, obviamente, no forma parte de la agenda de Santos, quien tiene un vínculo personal con Londres, ciudad en la que vivió durante casi una década a comienzos de los años setenta. Aparte de recorrer sus pasos, el mandatario colombiano quiere mostrar la cara de un país que ha sufrido una impresionante transformación en las últimas décadas.
Quizás la demostración más fehaciente de que eso es así es el inmenso interés que ha despertado en las firmas del sector privado la presencia del inquilino de la Casa de Nariño.
Los reportes de los corresponsales indican que no es fácil conseguir entrada a los eventos en los cuales Santos va a presentar la realidad del país.
La razón es muy sencilla. Mientras Europa tambalea por cuenta de la crisis de la deuda, América Latina mantiene buenas tasas de crecimiento y es fuente de cada vez más oportunidades de negocios.
Debido a ello, representantes del sector financiero, de firmas dedicadas a la explotación de recursos naturales o a actividades industriales y de servicios, quieren incrementar su presencia a este lado del Atlántico.
En esa perspectiva, Colombia es un destino muy atractivo, tanto por el tamaño de su mercado interno, como por sus riquezas naturales o la posibilidad de ser usado como plataforma de exportación a diversos mercados. La firma de Tratados de Libre Comercio es un argumento adicional para quienes quieren tener una puerta de entrada a Suramérica.
Esos son algunos temas que serán discutidos en una visita que sirve para celebrar el pasado pero, sobre todo, para identificar las oportunidades del presente y el futuro.
