Aprobación del tratado está en la agenda del Parlamento Europeo. Son 500 millones de consumidores potenciales los que se aprovecharían con el acuerdo.
A más tardar este miércoles, el Parlamento Europeo dará su veredicto sobre el
Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el bloque comunitario (UE) y Colombia. Su
aprobación es prácticamente un hecho.
Aunque su entrada en vigencia se prevé para el año entrante, los productos
colombianos tienen en la mira un mercado superior a 500 millones de consumidores
en 27 países, cuyas oportunidades de negocio se espera que sean aprovechadas por
el sector privado.
La negociación del Acuerdo de Asociación, como oficialmente se llama a este
tratado, comenzó en Bogotá el 17 de septiembre del 2007 entre la UE y la
Comunidad Andina (CAN), pero solo Colombia y Perú la terminaron el 19 de mayo en
Madrid (España).
Con este TLC, Colombia no solo le apuesta a un aumento de sus exportaciones
de bienes y servicios (la inmensa mayoría de productos industriales locales y en
menor medida los agropecuarios ingresarán sin pagar aranceles tan pronto rija el
acuerdo), sino a atraer mayor inversión europea y a servir de plataforma de
otros países de la región que no tienen acuerdo con los europeos.
De otro lado, Colombia eliminará gradualmente los aranceles para los bienes
importados de la UE: 65 por ciento de las importaciones a la entrada en vigencia
del acuerdo, 20 por ciento a cinco años y el resto, entre siete y 10 años.
Según estimaciones del Departamento Nacional de Planeación (DNP), el acuerdo
le dará un empujón de 0,46 por ciento al PIB colombiano; las exportaciones a la
UE subirán 0,71 por ciento y las importaciones desde este bloque, 1,73 por
ciento.
La negociación tuvo muchos tropiezos, empezando porque no funcionó la idea
europea de hacerlo con el bloque de los cuatro países de la CAN (Colombia, Perú,
Ecuador y Bolivia), que hizo agua en el 2008. El proceso fue retomado el año
siguiente solo por Colombia y Perú.
Colombia fue fustigada permanentemente por los temas de violaciones de los
derechos humanos y sindicales e impunidad en asesinatos y amenazas a dirigentes
populares y de organizaciones obreras.
Para despejar estas preocupaciones del Parlamento Europeo hay una hoja de
ruta, mediante la cual Colombia se compromete a salvaguardar los derechos
humanos y laborales, e incluso el medio ambiente, tema también muy sensible para
los europeos.
Mientras que en la UE el TLC está a punto de aprobarse, en Colombia solo ha
tenido luz verde en la Comisión Segunda del Senado (hay 3 debates pendientes).
El visto bueno se daría el año entrante, pues después viene el examen de la
Corte Constitucional. Por eso es poco probable que el acuerdo entre en vigencia
el primer semestre del 2013.