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lunes, 13 de febrero de 2012

Tres retos para aprovechar el TLC con Estados Unidos

Para países con los niveles de desarrollo como Colombia, hacer parte de un Tratado de Libre Comercio constituye un gran reto.

Lograr la negociación es un primer paso que abre la puerta al verdadero desafío: obtener la competitividad requerida para que el impacto sea positivo para la economía nacional como resultado de una sumatoria de victorias parciales en cada sector. En el momento actual, es importante analizar si tanto el sector privado como el público han venido cumpliendo con los retos planteados como requisitos para el aprovechamiento de los beneficios del Tratado. De no lograrse estos objetivos, los productores de los sectores nacionales más vulnerables quedan abocados a salir del mercado con las subsiguientes consecuencias para la economía. implementación El primer reto de Colombia de cara al TLC es cumplir con los compromisos obligatorios establecidos en el mismo Tratado, como requisitos para su entrada en vigencia. Estos compromisos se dirigen a la implementación normativa en la cual se identifican las obligaciones del Acuerdo que requieran una adecuación, de las cuales cabe citar las regulaciones de derechos de autor y aduaneros; además de la entrada en vigor del Tratado de Budapest, el Convenio Internacional UPOV - 1991, entre otros. El cumplimiento de estos compromisos obligatorios tiene diferentes riesgos, entre los cuales se destacan: - El amplio espectro institucional sobre el cual se diseminan las responsabilidades de regulación que, sin lugar a dudas, dificulta la coordinación de las entidades que participan en la producción normativa, tanto al interior del ejecutivo como por la intervención del Congreso y la Corte Constitucional. - Si bien se prevén espacios de participación de los ciudadanos, no es claro su papel ni el grado de intervención del sector privado en el proceso de regulación normativa.
Las quejas del sector ganadero sobre el manejo de la regulación fitosanitaria es un indicio de la necesidad de ampliar la participación de los gremios, en las decisiones de regulación.
- Dado que no se pactó un cronograma para el cumplimiento de estos compromisos obligatorios, no hay definición sobre la fecha real de entrada en vigor del TLC.
El segundo reto involucra la competitividad de los sectores afectados.
Para este propósito, el Gobierno desarrolló un proceso denominado Agenda Interna, a través del cual se han identificado a nivel regional y sectorial 253 actividades, agrupadas en 50 retos, que es necesario alcanzar para aprovechar los beneficios del TLC.
Éstos se agregan en aspectos como por ejemplo: más y mejores productos para exportar; transporte y logística con competitividad; condiciones de entrada de productos colombianos, entre otros.
Si bien la Agenda Interna constituye un buen esfuerzo de identificación de desafíos, actividades y proyectos que permitan fijar la entrada en vigencia del TLC y está sujeta a seguimiento por parte del Gobierno, no se ha planteado como estrategia de choque para garantizar el logro cabal y oportuno de estos aspectos al momento de la puesta en marcha del acuerdo.
De la revisión del avance de los 50 compromisos de la Agenda Interna, se analiza que el Gobierno acertó en incluir aspectos como la implementación de un sistema de información aduanero en línea, el mejoramiento del estatus fitosanitario, la puesta en marcha de la Agencia de Defensa Jurídica de la Nación, la creación de la Comisión de Atención de Controversias Internacionales de Inversión, y la elaboración e implementación del marco legal de la minería y la Política Nacional de Logística.
Sin embargo, los retrasos de su ejecución son un indicio que apunta a afirmar que las actividades relacionadas con los compromisos de preparación de la entrada en vigencia del TLC se ejecutan a un ritmo similar al del promedio del sector público; no se observa una mayor dinámica que garantice su sincronía con las necesidades de los productores que se verán afectados.
Para algunos sectores, en particular infraestructura, las actividades planteadas repiten propósitos de los últimos planes de desarrollo sin tener a la fecha resultados satisfactorios; basta mencionar la adecuación de los distritos de riego y el mantenimiento de la red terciaria.
Pedro Enrique Sarmiento
Socio director de Impuestos y Legal de Deloitte Colombia